Crónicas ...de guerra y paz, amor y esperanza
Diez años después de que empezara a escribir aquí y casi toda la vida haciéndolo en privado, nunca imagine que pudiera hablar de que en los dos últimos años de mi vida pasaran cosas tan extrañas e inexplicables y que a todos de una manera u otra nos afectaran en mayor o menor medida.
Ahora cuando han pasado más de dos años de pandemia, la mascarilla sigue presente en nuestra vida, ayer me la olvidé para la farmacia y caí que siempre tengo una en el bolso. La guerra de Ucrania casi lleva un año incendiando los noticieros, y los presagios no son buenos. Un conflicto como otros tantos que se mantienen en el mundo, y que dura ya demasiado. ¿Cómo podrá ser posible ver belleza en medio de tanto caos?. La hay, como en esos ojos de color de la miel, con vetas verdes cuando le llega el sol, que a penas he visto una docena de veces pero se me grabó en la mente cada una de sus rayas.
Lucía ayer dándome cariño sin esperar nada a cambio, y diciéndome que era guapa... hay gente que engancha desde el minuto cero. El perro de la casa que visito, se pone a mis pies acaricio, y me doy cuenta que el amor existe, el de todas las maneras el que tengo contigo, y con el resto, los conozca o no.
El tema es que las otras noticias tampoco son halagüeñas, asesinatos, cobro de comisiones por tráfico de influencias, pobreza, crisis, accidentes... falta de respeto, valores y amor en cada una de ellas.
El mundo arde, y yo ardo por cambiar las cosas, por amar y por dar, sin esperar nada a cambio, sino que se me siga erizando la piel con cosas que vivo cada día porque como recordé leyendo lo que dijo Pau Dones, le perdamos miedo a vivir, vivamos el presente sin pensar el futuro, reír, cantar... la vida es un sueño.
La crónica de la esperanza la leemos mucho menos, pero también existe, cuando se hace música de la buena, que se te mete dentro y tienes que hacerla lista de favoritos, para agradecer los días no afrontarlos sino disfrutarlos con su rutinas y sus sorpresas.
Pasan las horas, y todo lo que la componen, los días se borran en las redes, y los años casi no cuentan cuando miras atrás... pero hay olores y sabores que se van a quedar grabados en la cabeza sin poder quitarlos. Ya me decía mi tía que de amor nadie muere y que todo se supera, supongo que pasará igual con las malas noticias, o eso espero.
Hoy me levanté sin inspiración, y me voy casi a la cama con mi cerebro como siempre adelantando lo que voy a escribir durante horas... de eso se trata la vida, de saborear cada resquicio de felicidad, y cuanta mas mejor.
Crónicas de amor, mis preferidas, de esas que casi nunca leemos o escuchamos, pero siempre se agradecen... a veces tengo las mías propias, como las de esperanza, de paz, y alguna guerra que me quedará por librar, y siempre redactando o contando en mi propio archivador mental, algunas veces comparto, la mayor parte solo recuerdo.
Las de soledad las cuento otro día, son buenas, y suelen tenerlas casi todos los que comunican. Pero hoy tocaba la del amor y la paz, que son las que me inspiran a mi y a casi todos, creo... el amor es siempre fácil cuando se vive, y se siente.
Diez años aquí estoy, casi igual de motivada pero con otras metas, casi igual de creyente en el amor, en la vida, casi ...por no decir más, ya que los años pasan, como estos diez años... que se me fueron volando pero aún más importante es vivir el amor como hace diez, veinte o más, con nervios, ilusión, emoción, pasión... y todo lo que la vida se empeña en recordarnos.
Para el chico que me retuitea, ese que mira hacia arriba cuando le da vergüenza ... GRACIAS.